El miedo es una emoción que experimentamos a lo largo de la vida. Son muy frecuentes en la infancia de tal manera que prácticamente todos los niños han sufrido un temor importante. Suelen aparecer entre los tres y seis años de edad.
Ciertamente, los miedos son parte de la evolución de la especie, pueden ser descritos como fenómenos normales y si los asociamos a la edad tienen a ser transitorios y de corta duración. En cierta forma constituyen ese sistema de alerta que ayuda al niño a evitar situaciones potencialmente peligrosas.
En general, los miedos infantiles son pasajeros y remiten espontáneamente a medida que el niño madura y se desarrolla. Sin embargo, el miedo puede llegar a constituir un trastorno fóbico, generando malestar clínicamente significativo y repercutiendo negativamente en el desarrollo personal, familiar y social del niño. Existen pautas de conducta para ayudar a superar los miedos de los niños.
Diferentes estudios ponen de manifiesto que entre el 30% y el 50% de los niños presentan uno o varios miedos intensos, observándose cambios de miedos en función del desarrollo evolutivo.
Desde el gabinete desarrollamos una terapia integral, trabajando de forma conjunta padres e hijos, estableciendo diferentes pautas de conducta con el fin de superar los miedos infantiles. A través de diferentes técnicas de modificación de conducta.